Por: MVZ. Armando Enríquez de la Fuente Blanquet
El desarrollo sostenible requiere un enfoque integral que tome en consideración las preocupaciones ambientales junto con el desarrollo económico. En 1987, la Comisión Brundtland de las Naciones Unidas definió la sostenibilidad como lo que permite “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias nece-sidades.” La sostenibilidad no es simplemente una moda pasajera, sino una necesidad imperativa en el contexto actual y futuro de nuestro planeta. Las Naciones unidas describen la sostenibilidad en 3 pilares:
1. Ambiental: Se refiere a la conservación de los recur-sos naturales y la biodiversidad, la reducción de la huella de carbono y la minimización de los impactos ambientales negativos.
2. Social: Implica la equidad social, la justicia y el respeto por los derechos humanos, asegurando que las decisiones y acciones no perjudiquen a las comunidades locales y promuevan un desarrollo inclusivo.
3. Económico: Se relaciona con la viabilidad econó-mica a largo plazo, asegurando que las actividades económicas sean rentables y que los recursos se utilicen de manera eficiente y responsable.
«La lisina es crucial para una variedad de funciones biológicas en las mascotas, incluida la síntesis de proteínas, el desarrollo y mantenimiento de tejidos, la absorción de calcio, la producción de anticuerpos y la función inmunológica.»
La sostenibilidad en la industria de alimentos para mascotas implica considerar tanto el impacto ambiental como el bienestar animal, adoptando prácticas responsables en todas las etapas de producción y distribución. Hablaré más a detalle de este tema en próximos números de la revista.