Sabas de Diego
CTO TEBRIO , SPAIN
www.tebrio.com
El uso de productos basados en insectos para alimentación de mascotas va en aumento siendo necesario un mayor conocimiento a cerca de las diferencias en función de la especie de origen
El uso de insectos como fuente de alimento para animales ha ganado gran interés en los últimos años debido a sus numerosos beneficios nutricionales, ambientales y económicos. Con el crecimiento de la población mundial y la creciente demanda de proteínas sostenibles, los insectos representan una alternativa prometedora en la industria de la alimentación animal.
Los insectos son una fuente rica en proteínas de alta calidad, grasas, vitaminas y minerales esenciales de origen animal. Algunas especies, como el gusano de la harina (Tenebrio molitor) o la mosca soldado negra (Hermetia illucens) contienen niveles de proteína comparables a los de la harina de pescado y la soya, dos de los ingredientes más utilizados en la alimentación animal. Sin embargo, existen diferencias significativas entre los productos que se pueden obtener de las diferentes especies, donde las características a nivel biológico y de adaptación al medio juegan un papel muy relevante.
En comparación con las fuentes de proteínas tradicionales, la producción de insectos genera un menor impacto ambiental. Los insectos requieren menos espacio, agua y alimento para su producción en masa, y emiten significativamente menos gases de efecto invernadero. Además, pueden criarse utilizando subproductos agroindustriales y residuos orgánicos, lo que contribuye a una economía circular y reduce la contaminación ambiental. Sin embargo, es necesario entender que la biología de cada especie puede afectar a las características de los productos finales, lo que se traducirá en un uso o funcionalidad propia en las formulaciones de los alimentos. Así, las especies holometabólicas, en las que se lleva a cabo el proceso de metamorfosis, presentan una fase larvaria con menor contenido en quitina, lo que las hace más indicadas para la obtención de harinas proteicas para alimentos por métodos físicos de extracción. Por el contrario, las especies hemimetabólicas presentan un mayor peso de este compuesto en su composición durante todo su ciclo vital, ya que no existen diferencias tan significativas entre las ninfas y los adultos.
Hablar de la clase Insecta, a nivel taxonómico, es el equivalente a hablar de la clase Mammalia, es decir, los mamíferos, con la diferencia de que mientras que esta última identifica 5.500 especies diferentes, se estima que existen más de 1.000.000 de especies de insectos. Debido a esto, encontramos un elevado nivel de especialización y adaptación al medio.
Dentro de las especies con mayor uso y proyección en la actualidad dentro de la alimentación animal, tenemos el Tenebrio molitor, un ejemplo claro de adaptación a la vida en granero y la mosca soldado negro que se alimenta de productos en descomposición. Paleontológicamente hablando, estos insectos han vivido y se han adaptado a la actividad humana sedentaria, el primero de ellos en los almacenes de alimento y el segundo viviendo de los desechos.
Diversos sectores de la ganadería han adoptado el uso de harinas y aceites derivados de insectos en la formulación de alimentos.
En la acuicultura, por ejemplo, la harina de insectos se ha utilizado con éxito como reemplazo parcial de la harina de pescado en la alimentación de peces y crustáceos, ya que son ricos en aminoácidos esenciales.
En la avicultura, los insectos pueden ser incorporados en la dieta de pollos para mejorar su crecimiento y calidad nutricional. También se han realizado estudios en la alimentación de ganado porcino y mascotas con resultados excelentes.
Existe gran cantidad de publicaciones científicas y ensayos llevados a cabo por las empresas del sector, tanto fabricantes de las materias primas basadas en insectos como los fabricantes de alimentos, y es posible encontrar productos muy interesantes en el mercado actual.
Un análisis en profundidad de estos productos, nos indica que presentan una muy buena composición con un elevado nivel de proteína y con escasos factores antinutricionales. Los productos comerciales presentan valores muy reducidos de quitina y una buena digestibilidad, en especial aquellos que proceden del Tenebrio molitor, con valores superiores al 90% en productos con un contenido de proteína bruta superior al 65-67%.
La mosca soldado negro, por su parte, presenta valores más reducidos de proteína y digestibilidad, con un contenido graso más elevado y rico en ácido láurico, que se ha identificado como un ácido con cierta capacidad antimicrobiana.
El perfil de ácidos grasos de ambas especies es muy diferente, mientras que el aceite de Tenebrio molitor presenta un perfil rico en ácidos grasos insaturados de cadena media como el oleico, el linoleico y el linolénico, muy relacionados con los hábitos de vida saludables, la grasa de Hermetia illucens presenta un perfil rico en ácidos grasos saturados de cadena corta.
A pesar de sus beneficios, la incorporación de insectos en la alimentación animal enfrenta algunos desafíos. Entre ellos se incluyen la regulación sanitaria y de inocuidad alimentaria, los costos de producción iniciales y la aceptación por parte de los consumidores y productores. Sin embargo, con avances en tecnología de producción y normativas más claras, se espera que el mercado de insectos para alimentación animal continúe expandiéndose.
Los insectos representan una alternativa innovadora y sostenible para la alimentación animal, con un alto potencial para reducir el impacto ambiental y garantizar la seguridad alimentaria global. Las inversiones llevadas a cabo en investigación y desarrollo, así como el escalado industrial de las empresas clave del sector consolidaran su papel en la industria agropecuaria como una solución viable y eficiente para el futuro.