Se ha especulado mucho acerca de si es necesario establecer un nivel de inclusión mínimo de Taurina en los alimentos para perro debido a su incapacidad para producir las cantidades necesarias para mantener su salud.
La Taurina es un beta aminoácido que contiene azufre, es uno de los aminoácidos más abundantes encontrados en los tejidos de mamíferos y se produce a partir de la Metioninay la Cisteina y no se encuentra en las plantas.
Desde el descubrimiento de que el gato requiere un nivel mínimo de Taurina para mantener su salud en términos reproductivos, así como de funcionamiento de la retina y correcta contractibilidad cardiaca en los años 80 no había habido un mayor cuestionamiento acerca de este aminoácido.
Actualmente existen recomendaciones de niveles mínimos de Taurina en gatos más no en perros ya que ni AAFCO ni NRC consideran que ese aminoácido es esencial para esta especie animal. En cuanto a perros se refiere, se ha identificado que de no recibir una cantidad adecuada en su dieta, éstos pueden sintetizar la Taurina a partir de Cisteina y Metionina.
Existe un grupo de estudios llevados a cabo entre los años 2001 y 2003 que llevó a sugerir que algunos perros requieren Taurina suplementada en la dieta. Adicionalmente en el año 2018 surgió una investigación por parte del Centro de Medicina Veterinaria de la FDA acerca de la relación de la cardiomiopatía canina por dilatación y la dieta.
Hasta ahora se sabe que dicha enfermedad es común en perros, existiendo un aumento de riesgo en razas Octubre Noviembre 2019 53 grandes, especialmente en machos. Muchos de los casos de cardiomiopatía mostraron que los perros tenían niveles bajos de Taurina en la sangre y que dichos niveles fueron corregidos con la suplementación de Taurina.
Al realizarse más trabajos de investigación, se han identificado 3 grupos de perros: El primero se conforma de razas que presentan predisposición a dicha enfermedad (Doberman, Gran danés, Boxer, Labrador y Cocker Spaniel), el segundo grupo incluye a los perros que responden a la suplementación de Taurina como terapia hacia la enfermedad y el tercer grupo presenta respuesta a la dieta en general, no específicamente a la Taurina.
Como sea, mientras más información sea recabada, la recomendación es que cuando se presente un problema de
cardiomiopatía canina por dilatación, se revisen los niveles de Taurina en sangre; adicionalmente, las dietas de cordero y arroz, así como las que contienen altas cantidades de frijoles, chicharos y lentejas pueden requerir una mayor inclusión de Taurina ya que han sido ligadas a varios casos de cardiomiopatía canina por dilatación en razas de perro grandes.
Finalmente, las dietas que son sujetas a temperaturas de procesamiento altas, también deben ser suplementadas con fuentes extra de Taurina.