Por décadas la mejor opción, si no es que en realidad la única ha sido el uso del dióxido de titanio para aclarar y pintar de blanco todo tipo de alimentos. En la rama de humanos este ingrediente es utilizado de manera regular en confitería, lácteos y en una gran variedad de productos procesados.
En la industria del petfood su utilización en los alimentos ha sido generalizada y se logra desde la aclaración de las croquetas para poder aplicar mejor el color, hasta su aplicación en cantidades mayores con el fin de dar un
tono blancuzco a las croquetas con forma de huesito.
El dióxido de titanio también es usado en los premios estilo carnaza para lograr un color blanco e incluso en alimentos húmedos se utiliza para aclarar mezclas de carne o dar tonos cremosos y claros a los gravys de los alimentos enlatados o en pouch.
La principal razón de esta columna es resaltar que el 18 de enero del 2022 la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad de Alimentos, por sus siglas en inglés) ha publicado en su Reglamento para la Unión Europea 20022/63 que se retira la autorización para utilizar el aditivo dióxido de titanio (E171) en productos alimentarios. La EFSA previamente el 6 de mayo del 2021 emitió un comunicado en donde se refiere a que este aditivo no se puede considerar como un aditivo seguro. Es importante recalcar que la EFSA es una entidad técnica y científica europea fundada para apoyar y proteger a los consumidores, a los animales y al medio ambiente de los riesgos relacionados con los alimentos.
Este tipo de noticias mueve a las diferentes industrias alimenticias a buscar apurar el desarrollo de substitutos de este aditivo aunque esta medida no es hasta ahora generalizada a nivel mundial. Existen productos de origen natural, por ejemplo almidones especializados base granos, específicamente arroz, que han sido utilizados con éxito en algunas aplicaciones de alimentos para humanos como un recurso para crear un pigmento blancuzco. Es muy importante mencionar que las características especificas de la mayoría de los procesos de pet food (extrusión, horneado, esterilización) complican de alguna manera el uso de estas propuestas; no obstante lo anterior, tanto los retos como sus soluciones quedan sobre la mesa para ser descubiertas y utilizadas y de esta manera poder ofrecer productos más naturales y más sustentables a nuestros mejores amigos, las mascotas.