Sonia Ibarreche

AMEE

En recientes días tuve la oportunidad de conocer un producto para perros en el cuál detecte algunas inconsistencias con su envase que considero deben ser evaluadas y mejoradas para tener el éxito esperado en el mercado. Adaptil es un collar para tranquilizar perros, mediante la liberación constante de la feromona del apaciguamiento canino. Tiene una duración de 30 días, es cómodo y sencillo de utilizar en situaciones que presentan mucho estrés para él, y puede utilizarlo tanto dentro como fuera de casa. Definitivamente es un producto premium, primero por la duración (corta) que tiene, y en segunda instancia por que no cualquier persona tiene la facilidad (económica) de comprar dicho producto. En muchos casos es necesario y prácticamente obligado por el comportamiento que presenta un perro ante cuetes, soledad, encierro, ansiedad etc. Por lo cual el envase debe expresarlo gráficamente y en funcionabilidad para el consumidor entienda cuál es el producto que contiene. El primer punto por identificar como deficiente es la imagen gráfica. A pesar de que se observan imágenes que le dan a entender al consumidor en qué casos puede ser utilizado el producto, en la imagen principal del envase el perro no trae el collar. Si bien el collar se muestra en la parte de abajo del envase, es fundamental que se muestre la imagen principal el producto en acción (siendo utilizado), ya que al no tener una trasparencia el envase, el consumidor no puede ver como es el producto, y su único contacto con él, es el gráfico, el cual no solo le vende el producto, le brinda la confianza para utilizarlo.

El segundo punto tiene que ver con la inviolabilidad del envase. Como ya se mencionó este es un producto premium, por lo cual los colores, los realces y todo lo que pueda destacarlo como tal es muy importante y en el que la seguridad del producto es vital. ¿Cómo comunicamos al consumidor que el producto es original, que nadie más lo ha utilizado y que puede estar seguro de que funcionará el tiempo estipulado?, todo ello se logra a través de un sello en la apertura, lo cual respalda al producto como totalmente nuevo y original además de brindar una garantía para él consumidor. El último punto se enfoca las instrucciones de uso, o bien lo que gráficamente conocemos como etiquetado. Entre más nos apoyemos en imágenes, somos más claros sobre las instrucciones que debe seguir el consumidor al utilizar el producto. Pero ¿qué pasa cuando las indicaciones solo están marcadas en inglés? Aunque es un producto premium, esto no garantiza que sea una lengua dominada por los consumidores, y al ser prácticamente un tratamiento para el perro, se debe ser muy claro en las indicaciones y contra indicaciones que tiene el uso de dicho producto. Lógicamente, si gráficamente no pueden colocar todos los idiomas, predomina la importancia de incluir en el interior del envase un instructivo de uso, ya que por más intuitivo que sea su uso (collar / va en el cuello), debemos protegernos ante cualquier problema que pueda presentar el perro ante un uso inadecuado.