Ada E. Lugo / Médico Veterinario y Nutricionista /
Los antepasados de los gatos se originaron en África y fueron introducidos en Europa y Asia durante la era neolítica, hace aproximadamente 11.000 años, sufriendo un largo proceso de evolución y diferenciándose gradualmente en diferentes subespecies y razas (Xuan et al., 2023).
Los análisis genéticos han demostrado que todos los gatos domésticos, incluidos los animales de raza pura y los que deambulan libremente, descienden de la subespecie Felis silvestris libyca, gato montés del norte de África (Serpell, 2013, Xuan et al., 2023).Su domesticación ocurrió probablemente en algún lugar de Asia occidental (Serpell, 2013), territorio que actualmente ocupan Egipto, Israel, Cisjordania, la Franja de Gaza, Líbano, Siria, Irak, Turquía e Irán, hace cerca de 4.000 años (Duperré, 2019).
Se cree que este fue un proceso relativamente lento y natural que se inició junto al desarrollo de las prácticas agrícolas en Oriente Medio (Bradshaw, 2013), cuestión que atrajo una gran cantidad de roedores y plagas a los asentamientos humanos, generando una acumulación de desechos orgánicos. E
En este contexto, estudios genéticos han revelado que los gatos monteses podrían haber consumido granos y subproductos de cereales, desechos y sobras provenientes de la alimentación humana, lo que indica que esta especie hurgó entre las personas o fue alimentada por ellas, adaptándose gradualmente a su estilo de vida y cumpliendo, a su vez, labores de protección de los cultivos y la propiedad humana.
Estos procesos habrían dado lugar al papel de los gatos como depredadores de roedores y animales pequeños en las comunidades asentadas, a su adopción como mascotas y a la expansión de las poblaciones de gatos en todo el mundo, proceso facilitado por la movilización del hombre (Hu et al., 2014; Xuan, 2023).
Con el paso del tiempo, se produjeron variaciones en el genoma de los gatos monteses que trajeron como consecuencia cambios en su morfología y su comportamiento social, así como alimentario, volviéndose más dóciles, más cercanos a los humanos y capaces de aceptar variaciones en su dieta, acercándose a los gatos modernos conocidos en la actualidad (Xuan, 2023).
EL GATO: CARNÍVORO ESTRICTO
Debido al legado genético de sus ancestros salvajes, que basaban su dieta exclusivamente en la caza, el gato doméstico es catalogado desde el punto de vista alimenticio como carnívoro estricto, lo que implica que, en su hábitat natural, están adaptados a la ingestión de presas pequeñas, como roedores y aves, durante gran parte del día y la noche.
De hecho, ese proceso ha sido la base de afirmaciones que tradicionalmente han rodeado la alimentación de los gatos, tales como su incapacidad para utilizar eficientemente dietas altas en carbohidratos y el posible efecto perjudicial de su consumo sobre la salud felina, al aumentar el riesgo de obesidad y diabetes.
Con base en lo antes expuesto surge la interrogante: ¿Son los carbohidratos realmente perjudiciales para los gatos?
» En los siguientes párrafos intentaremos responder a esta pregunta discutiendo la evidencia científica que respalda una respuesta afirmativa.
LOS CARBOHIDRATOS: ESTRUCTURA Y FUNCIÓN
Los carbohidratos (CHO) son moléculas compuestas por carbono, hidrógeno y oxígeno, clasificadas en monosacáridos, disacáridos, oligosacáridos y polisacáridos.
El almidón y el glucógeno son polímeros de glucosa unidos por enlaces α-glucosídicos y sirven como reservas de energía en plantas y animales. En contraste, la celulosa es un polímero con enlaces β-(1-4), proporcionando rigidez a las paredes celulares vegetales.
La fibra dietética, que incluye celulosa, hemicelulosa, pectinas y otros compuestos, es clave en la salud intestinal.
Los perros y gatos no digieren la fibra, pero en el colon es fermentada por la microbiota, produciendo ácidos grasos volátiles (AGV) como acético, propiónico y butírico.
Los AGV resultantes de la fermentación tienen múltiples beneficios:
» El ácido propiónico modula la síntesis de colesterol y es precursor gluconeogénico.
» El acetato participa en la síntesis de ácidos grasos y regula la saciedad.
» El butírico actúa como fuente de energía para los colonocitos, tiene propiedades antiinflamatorias y protectoras contra el cáncer de colon.
Si bien los CHO son una fuente de energía para muchos animales, surge la duda de su relevancia en la dieta del gato doméstico, dada su naturaleza carnívora.
Esto plantea la cuestión de si los gatos realmente necesitan CHO añadidos en su alimentación o si pueden prescindir de ellos sin afectar su salud.