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Fuente: fda.gov

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) está brindando a los dueños de mascotas y a los cuidadores de animales información sobre las formas de reducir el riesgo de que sus animales contraigan la influenza aviar altamente patógena (HPAI, por sus siglas en inglés) o H5N1.

Los felinos, tanto domésticos como salvajes, como los tigres, los pumas, los linces, etc., son particularmente sensibles al H5N1 y se debe tener cuidado de no exponer a estos animales al virus. Los perros también pueden contraer HPAI, aunque por lo general presentan signos clínicos leves y una mortalidad baja en comparación con los gatos. En la actualidad, no se ha detectado aún en perros en los Estados Unidos, pero ha habido casos fatales en otros países.

Ha habido varias investigaciones recientes que indican la transmisión del H5N1 a los gatos a través de los alimentos, generalmente leche no pasteurizada o carnes crudas. El H5N1 puede ser mortal para los gatos, así como para los perros, por lo que alentamos a los consumidores a considerar cuidadosamente el riesgo de este patógeno emergente antes de alimentar a sus mascotas con carne cruda o un producto alimenticio para mascotas crudo. Tanto los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades como la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense no aconsejan alimentar a los animales de compañía con dietas a base de carne cruda debido a la posible presencia de patógenos, incluido el H5N1.

Se ha demostrado que los tratamientos térmicos son eficaces para inactivar el H5N1 en productos cárnicos, lácteos y de huevo. Recomendamos que los consumidores sigan las pautas del USDA para manipular y cocinar completamente la carne cruda antes de alimentar a los animales. También se debe evitar que los animales cacen y consuman aves silvestres.

Según la Asociación Médica Veterinaria Estadounidense debe buscar atención veterinaria si su gato o perro parece tener alguno de los siguientes signos:

Fiebre

Letargo

Falta de apetito

Ojos enrojecidos o inflamados

Secreción de los ojos y la nariz

Dificultad para respirar

Signos neurológicos, como temblores, convulsiones, falta de coordinación o ceguera